domingo, 11 de abril de 2010

Mi familia me duele

Cuando dejé a mi ex novia sabía que iba a extrañar muchas cosas, pero nunca imagine que de todas las cosas que nos conformaban como pareja, lo que más iba a extrañar iba a ser su familia. Es rarísimo Doc, pero me pasa que extraño todo de su familia, son tantas cosas que no sabría por donde empezar, quizás tendría que enumerarlas ¿no? Ya sé, voy a hacer un catálogo. A ver, ¿Que extraño? Hm… gestos, sonrisas, miradas, lugares, personas, mirar la telenovela con la niní, los olores, los colores de las flores, hablar de Películas con el Jéro y hasta las plantas del Jardín. No se da una idea como extraño los abrazos de mi suegra, le juro que eran tan calidos y tan sinceros que me llenaban el corazón de alegría. Ella fumaba mucho y yo siempre le escondía los cigarrillos detrás del tele, al final se ponía tan cabrona que le decía a donde estaban. Otra cosa que le daba vida a ese hogar era la gente que circulaba por la casa. Era la casa del pueblo¡¡¡ Male y Juli, eran dos hermanitos hijos de patricia, la vecina del 2º . Eran re quilomberos, tenían la costumbre de entrar sin tocar la puerta. Como era una casa de pasillo, éramos pocos y nos conocíamos mucho. Éramos dije. Fíjese como me sentía parte de esa familia. De esos ritos. La cosa es que a la hora de la siesta, cuando nos quedábamos solos con Victoria en su pieza, estos dos mocositos abrían la puerta y con paso de gacela se metían en la cocina y tiraban ollas o cubiertos al piso, onda para que saltemos del susto y salgamos de la habitación y nos pongamos a jugar con ellos, eran tan graciosos. Sentirme parte de esa familia me permitió proyectarme, me dio alas, me dio amor. Haber sido aceptado y haber ganado un lugar en esa familia. Me dio todo eso. Haber sido uno más de ellos me permitió conocerme. Comer al mediodía y saber que una de esas sillas era para mí. Saber que en año nuevo o en navidad mi presencia era deseada. Recibir retos y consejos de mi suegro sobre mi futuro era grandioso. Saberme contenido. Saberme amado. Eso también lo extraño. Con mi familia no me pasaba eso, porque mi familia hasta el día de hoy me duele. Nunca sentí que era parte de algo, porque éramos fragmentos de algo. Nunca hubo compañía, éramos solistas. Yo comía solo. Llegaba a mi casa y comía solo. Nadie me preguntaba como me había ido en la facultad. Como me sentía. Donde estaba la preocupación por el otro. ¿Había otro? Siempre éramos otros, había un “ellos” pero no había un “nosotros”. Mi familia siempre fue una gran confusión. Mi paradigma de familia lo encontré en ese espejo. Esa familia fué mi espejo. Yo me espejaba y me veía reflejado en una familia. Lo que proyectaba mi imagen en ese espejo me gustaba. No solo a mi me gustaba lo que veía. A los demás también. Mi reflejo gustaba. Era atractivo. Pero no pude sostener esa imagen. Era demasiado pesada. Termino cayéndose. Se venció porque el tiempo mismo te pone esa diyuntiva ante tu cara. Y para todo llega un momento. Aparte las relaciones cambian y las proyecciones van mostrando su cara más oscura. Se desfiguran. Desaparecen. Cada tanto me encuentro extrañando ese paradigma de familia. Y eso que lo intento, pero que difícil resulta volver a espejarme de nuevo. Hoy en día soy solo una proyección de lo que fui, casi como un espectro. Cada tanto nos cruzamos y somos solo apellidos y recuerdos. Es rarísimo como de un día para el otro pasamos a ser fantasmas de lo que fuimos. Gabriel

1 comentario:

Mono Tremendo dijo...

Esta medio vago el Doctor ultimamente??