martes, 22 de diciembre de 2009

Soy mas extrovertida por Messenger



Estuve leyendo su comentario Doc y déjeme decirle que no entendí eso de ir a caminar por Boulevard Oroño con el fin de congratularme con la felicidad. Como si la felicidad estuviera en las calles. Usted sabe muy bien que no es así. Uno sale a la calle y hay desolación y miseria. Chicos con hambre revolviendo la basura. Gente que maneja sus autos con una demencialidad pasmosa. Los peatones somos presas de esas bestias con carné de conducir. Es muy difícil encontrar felicidad en esas condiciones. La ciudad es un campo de batalla. Es mas, no hace mucho soñé que corría despavorida. Era una calle céntrica. No había gente estaba la ciudad destruida, como la calle San Juan que va desde San martín hasta Entre Ríos. Guauu ¡¡ parece habitada por el inframundo. ¿No le parece? Cafiolos, prostitutas, ferreteros, gomerías, verduleros y casas de electrodomésticos venidos a bajo. Que postal ¡¡¡ Ese era el trasfondo de mi sueño. Yo corría y corría. Volaban papeles y mugre como en las películas de cowboy. Y yo corría asustada con un casco de guerra y con mi cara pintada como un soldado. Y después me despierto asustadísima. Hasta el día de hoy al caminar esas calles me veo reflejada en ese sueño, y todavia sigo preguntándome ¿porque corría? O quizás me corría alguien y yo no la vi, o quizás no lo quise ver. Vio que a veces vemos lo que queremos ver. No lo se. Solo se que corría. Es terrible doctor. Imaginese que usted me pide que me predisponga a caminar por boulevard Oroño y mi inconsciente sale disparada por esas calles del submundo. No va. Hay algo que no va Doc. Por eso prefiero quedarme encerrada en mi casa con mi computadora. ¿Le conté que me estoy conociendo con alguien por Chat? Es medio raro, esto de conocer gente virtualmente. Un amigo que conocí por Internet me dijo que yo era más extrovertida por Messenger que en la vida real. La verdad que no se que pensar. ¿Tendrá razón? ¿Seré así? Que terrible. No creo, aparte nos hemos visto un par de veces en el profesorado. Así que mucha importancia no le doy. Pero este tipo que le contaba de Buenos Aires es medio raro, escribe una cosa, la borra, vuelve a escribir, la borra nuevamente. Yo veo que el tipito verde del Messenger aparece y desaparece. Es gracioso doc, realmente. O no. Quizás sea medio paranoico. Mire si me contacte con un maniático. Eso si seria preocupante. Y pensar que lo conozco hace cuatro meses es mucho, pero a decir verdad siento que no lo conozco, además me parece que me está verseando, de hecho ya me dijeron que lo elimine, porque las relaciones a distancia nunca llegan a buen puerto. ¿Es raro no?, con los puertos que tenemos en esta ciudad. Ja¡ es humor doc. Siempre me dijeron que era muy irónica. En fin. Usted que me recomienda. ¿Sigo chateando con Rodrigo, o levanto el ancla y zarpo a otras orillas?

Atte.
Flora

domingo, 20 de diciembre de 2009

No estoy nada bien

Antes que todo, déjeme decirle que es extremadamente raro que yo este escribiéndole a usted, siendo que es un completo desconocido para mí, pero como llegue a una situación limite y estoy en crisis me urge hacerlo. Aparte siempre es mejor contárselo a alguien que guardármelo y que a la larga termine transformándose en un cáncer de esófago. Como ya le dije, no soy una persona que le guste la exposición y esto de andar contando mis angustias on line no es nada agradable que digamos. En fin Doctor. No estoy nada bien. Mi psicóloga es un desastre, en vez de analizarme ella a mí, yo termino analizándola a ella. O eso creo. Todavía no llego a entender como a todo el mundo que conozco que va al psicólogo les hace bien y logran encaminar sus vidas, y conmigo no resulta. ¿Será que no puedo abrirme lo suficiente? No lo se, por ejemplo con mi anterior psicóloga tardé años en contarle las cosas realmente importantes, cosa que con Gisela, “la nueva” tarde una semana. Alguien alguna vez me dijo. Los psicólogos son como un buen zapato. Hay que caminar mucho hasta dar con la horma indicada. Déjeme confesarle que yo sigo yendo por el simple hecho de creer que voy a poder cambiar algunas cosas de mi vida, aunque desgraciadamente, en el fondo, se que los psicólogos no tienen soluciones mágicas. Imaginese que si las cosas fueran así de fáciles andaríamos todos saltando en una pata. Pero desgraciadamente la realidad es otra cosa. Y más aun la realidad de nosotras, porque las mujeres siempre tenemos un toque más de sufrimiento en nuestras espaldas, es algo asi como una condena social que se nos impone, y nos presenta como algo normal el hecho de que suframos. De todas formas, yo sigo siendo una firme creyente de que todo depende de la mirada de cada una. y nuestra tarea es poder aprender a perdonarnos. ¿No es así Doctor? O sino contésteme una cosa. ¿Que tan difícil puede llegar a ser feliz? Si es que existe ese estado comúnmente llamado felicidad. Atte. Flora