domingo, 27 de diciembre de 2009

Uh ¡¡ me olvide




Que tal doctor, soy Gabriel nuevamente. Déjeme decirle que fue bastante raro leer su consejo, no creo que el tiempo sea el remedio para los problemas del corazón. Imaginese sino, que así cualquiera con solo hacerse amigo de Cronos, tendría gran parte de su vida solucionada. Demasiado fácil para ser verdad ¿no? según mis vecinas “lo que vale cuesta” o “lo que cuesta vale”, algo así era. Confieso no ser muy afecto a las frases. Es mas, las odio. Nunca fui muy adepto a todo lo que sea repetición de dichos. Es mas, ahora que recuerdo, hasta de los chistes siempre renegué. Será que nunca supe contarlos. Recuerdo muchas tardes reunidos con amigos en quintas en funes hablando de cualquier cosa, al lado de las piscinas en ronda, sentados en canastita o tirados sobre el pasto. Hay de todo. Están los que cuentan chistes con mucha soltura y gracia. Los que acompañan el relato con entusiasmo y los que, resentidos por no ser de uno ni de otro bando escuchan a medias. Ese vendría a ser yo. Un queso resentido. Que patético. Reconozco que había varios motivos. Uno, supongo que tiene que ver con la exposición. Por ese entonces tenia mucha vergüenza de hablar y de que me miren cuando hablaba. Que no se rían de lo que decía, o que no entiendan lo que estaba diciendo. O que me escuchen con desinterés. O directamente que alguien salte contando algo mejor. Eran muchas variables que me dejaban sin estimulo. Semejante pasado me marco a fuego. Imaginese que hasta el día de hoy reniego de los eventos multitudinarios. Siempre que me encuentro con antiguos amigos de la primaria o la secundaria y quedamos en vernos tal o cual día para recordar aquellos días, doy mi aceptación y después falto a la cita. Excusas sobran. La historia me aterra. Mi pasado me pisa los talones. Quiere volver. Siempre están esos amigos que de alguna u otra forma te llevan al pasado en un relato. Los odio. Me voy o digo que no me acuerdo. Eso, casi siempre recurro al olvido. Es un gran arma Doc. El olvido creo yo que es amigo del desinterés también. Siempre que me he olvidado de algo fueron de cosas relacionadas con mi ex. Bah en realidad siempre era mi ex quien tenía la capacidad de recordarme que me había olvidado de algo. Entonces ahí era cuando me daba cuenta de la asombrosa elasticidad que uno tiene de olvidarse de las cosas.  
Hablando de todo un poco y volviendo a su consejo, déjeme decirle que el solo hecho de dejar pasar unos días a espera de un posible retorno es como una salida medio surrealista. Acuérdese que yo soy un animal de cemento. Piso tierra para ir al campo nada más. Y vuelo poco. Es mas, ahora que recuerdo, solo en mis sueños.

Gabriel   

1 comentario:

Anónimo dijo...

EL OLVIDO ES UN MECANISMO DE SELECCIÓN, ASÍ COMO NO PODEMOS NI QUEREMOS RECORDAR TODO, POR DIFERENTES MOTIVOS. Es verdad gabriel, no depende del pasao del tiempo la vida; sino de lo que hacemos mientras tanto. Porque recordando o no, todo va a parar al alma. No creo que Gabriel, sea un queso resentido, hay minutos que nos seleccionan, antes que nosotros a ellos. Seguí escribiendo...