Servicio de consultas psicológicas gratuitas. Confíenos su problema de colchon y permítanos ayudarle a resolverlo.
domingo, 27 de diciembre de 2009
Uh ¡¡ me olvide
martes, 22 de diciembre de 2009
Soy mas extrovertida por Messenger
Estuve leyendo su comentario Doc y déjeme decirle que no entendí eso de ir a caminar por Boulevard Oroño con el fin de congratularme con la felicidad. Como si la felicidad estuviera en las calles. Usted sabe muy bien que no es así. Uno sale a la calle y hay desolación y miseria. Chicos con hambre revolviendo la basura. Gente que maneja sus autos con una demencialidad pasmosa. Los peatones somos presas de esas bestias con carné de conducir. Es muy difícil encontrar felicidad en esas condiciones. La ciudad es un campo de batalla. Es mas, no hace mucho soñé que corría despavorida. Era una calle céntrica. No había gente estaba la ciudad destruida, como la calle San Juan que va desde San martín hasta Entre Ríos. Guauu ¡¡ parece habitada por el inframundo. ¿No le parece? Cafiolos, prostitutas, ferreteros, gomerías, verduleros y casas de electrodomésticos venidos a bajo. Que postal ¡¡¡ Ese era el trasfondo de mi sueño. Yo corría y corría. Volaban papeles y mugre como en las películas de cowboy. Y yo corría asustada con un casco de guerra y con mi cara pintada como un soldado. Y después me despierto asustadísima. Hasta el día de hoy al caminar esas calles me veo reflejada en ese sueño, y todavia sigo preguntándome ¿porque corría? O quizás me corría alguien y yo no la vi, o quizás no lo quise ver. Vio que a veces vemos lo que queremos ver. No lo se. Solo se que corría. Es terrible doctor. Imaginese que usted me pide que me predisponga a caminar por boulevard Oroño y mi inconsciente sale disparada por esas calles del submundo. No va. Hay algo que no va Doc. Por eso prefiero quedarme encerrada en mi casa con mi computadora. ¿Le conté que me estoy conociendo con alguien por Chat? Es medio raro, esto de conocer gente virtualmente. Un amigo que conocí por Internet me dijo que yo era más extrovertida por Messenger que en la vida real. La verdad que no se que pensar. ¿Tendrá razón? ¿Seré así? Que terrible. No creo, aparte nos hemos visto un par de veces en el profesorado. Así que mucha importancia no le doy. Pero este tipo que le contaba de Buenos Aires es medio raro, escribe una cosa, la borra, vuelve a escribir, la borra nuevamente. Yo veo que el tipito verde del Messenger aparece y desaparece. Es gracioso doc, realmente. O no. Quizás sea medio paranoico. Mire si me contacte con un maniático. Eso si seria preocupante. Y pensar que lo conozco hace cuatro meses es mucho, pero a decir verdad siento que no lo conozco, además me parece que me está verseando, de hecho ya me dijeron que lo elimine, porque las relaciones a distancia nunca llegan a buen puerto. ¿Es raro no?, con los puertos que tenemos en esta ciudad. Ja¡ es humor doc. Siempre me dijeron que era muy irónica. En fin. Usted que me recomienda. ¿Sigo chateando con Rodrigo, o levanto el ancla y zarpo a otras orillas?
Atte.
Flora
domingo, 20 de diciembre de 2009
No estoy nada bien
jueves, 17 de diciembre de 2009
Él es bueno
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Llamen a los bomberos
Hola doc, no sabe lo inmensamente agradecido que estoy por este nuevo espacio de consultas. No se imagina lo angustiado que me encuentro. Tuve un terrible problema con mi preciado sommier. Las noches de gloria y lujuria pasaron a ser historia, mi colchón se convirtió en el mismísimo averno. Nunca imagine que un funesto pozo en medio del colchón iba a alejarme de Victoria. Le cuento. Nos conocimos como cualquier pareja de pibes sedientos de amor fugaz. Ella tenía sus delirios, y yo los míos. Aunque reconozco que me gustaba colgarme de sus ruleros. Siempre hacíamos cosas re-zarpadas, como en las películas. Por ejemplo, a ella le encantaba subirse al ropero y saltar a mi encuentro. Era muy divertido. En invierno solíamos planchar las sabanas para que al acostarnos estuvieran calentitas. Mi abuela siempre me contaba como ella se las planchaba a mi mama. Después mi madre comenzó a planchármelas a mí. Y yo se las empecé a planchar a Victoria. Era una trilogía perfecta. The perfect circle. Entrado el verano comprábamos hielo seco y lo poníamos debajo del sommier, a fin de ver como la habitación se convertía en un frigobar. Hasta que llego ese fatídico día. Recuerdo que vino vestida con unas sandalias, a mí entender medio pelo. De hecho, cuando le pregunte adonde las había comprado me dijo, que las compro en una feria de diseño frente a la facultad de abogacía. Yo creo que por el diseño medio chongo, las compro en calle San Luis. La imagino revolviendo en una de esas cajas en donde amontonan todos los trastos de ropa. Igual le dije que eran muy lindas porque las veces que le decía algo feo sobre su ropa, se enojaba. Entonces apago las luces y nos abocamos a lo nuestro. Se saco las sandalias, se subió al ropero y salto. Yo justo estaba en el baño mirándome al espejo. Y escuche un ruido ha roto. Sonó así como krasshh¡¡ salí y la vi atascada en el medio del colchón. No podía sacarla. Estuvimos varias horas. Hasta que, por suerte vinieron los bomberos y la pudimos sacar. Todos reímos, salvo Victoria, estaba muy angustiada. Me dijo que no la llame más y se fue. Yo no sabia que hacer hasta que uno de los bomberos, Carlos creo que se llamaba, -me acorde porque fue el que toco el timbre- me pidió un mate, aclarándome que no le gustaba con azúcar. Desde ese día. Mi vida cambio. Todo lo que habiamos construido con Victoria se desvaneció por ese maldito colchón. digame Doctor Colchon. ¿Que debo hacer para recuperarla?
A espera de su respuesta
Gabriel