lunes, 14 de junio de 2010

Nunca supe como retener un secreto



“Nunca mas te vamos a contar nada” .Todavía me acuerdo cuando mis amigas me dijeron esas palabras, pasaron un montón de días y todavía siguen sin hablarme. Siempre tuve problemas con eso. no se porque pero nunca puedo retener lo que otros me cuentan. Marcos, mi vecino, una vez me hablo de la privacidad y de la mentira, pero yo no le entendí porque el va al psicólogo y siempre me habla en difícil. Aparte a mí nunca me gusto eso de tener secretos o mentir. Mi mama siempre me dijo que le cuente toda la verdad.

Siempre me gustaba ir a las casas de mis amigas, porque sus casas eran re lindas. La casa de loli, -mi amiga del cole- tenia una puerta enorme, de madera y estaba toda llena de stickers de los ositos cariñosos, Barbie y chiquititas, era hermosísima. O a la de Floppy, que vivía con su mama en un departamento de pasillo por calle Corrientes, casi llegando a Santa fe, tenia una puerta corrediza, que cuando venia su mama a ver que estábamos haciendo, ella la corría frente a su cara.

Mis amigas nunca me querían contar nada porque decían que lo que ellas me contaban yo se los contaba a todos. Decían que no era confiable, que no podía retener un secreto. Que era una pibita re chismosa. Y era verdad, no pasaba un día que lo que me contaban, yo ya se lo estaba diciendo a toda la escuela.

La última vez que loli me contó un secreto fue cuando se tranzó a un pibe del otro curso. Loli me miro a los ojos y me dijo: “me juras que no se lo vas a contar a nadie ¿no?”. Toco la campana y yo no podía conmigo. Me mordía los labios de las ganas de contárselo a las chicas. Había algo más fuerte que me impulsaba a contarlo. No me retuve y se lo conté a todos, les conté que loli había tranzado con clericó, el pibe del otro curso.

Me acuerdo que esa fue la última vez que las chicas me contaron cosas. Desde ese día que no me hablan más. Hace tres semanas y dos días que no me cuentan nada. Es como un castigo, yo les dije que cambie, que no voy a contar nada a nadie, pero no me creen. Mi mama me pregunto que había pasado y yo me negué a contarle. En realidad le mentí. Le dije que yo me pelee con ellas porque no me invitaron a uno de sus cumpleaños. Me sentí bien sabiendo que le había mentido y que ella se lo había creído. Fue raro.

Quizás eso de la privacidad que me dijo esa vez Marcos tenga algo que ver con que yo nunca le miento a nadie. No lo se, pero mis amigas siempre le mienten a sus mamas. Las veces que veníamos a mi casa ellas me decían cosas en el oído para que mi mama no nos escuche, porque siempre escuchaba todo. A veces teníamos que ir al balcón para que no nos escuche. Ahora que lo pienso puede que sea así, porque nunca pude encerrarme en mi pieza a llorar o hacer lo que quiera, porque mi pieza no tenía puerta. No había nada. Era una escalera directa a mí.

Luciana

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